Música y danza

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Folclore Alt Maestrat

Hablar del folclore de este rincón montañoso del Alt Maestrat no es fácil de resumir en este modesto espacio, puesto que la riqueza musical y coreográfica de nuestros cuatro pueblos hace de estas tierras altas de la comarca uno de los máximos exponentes de su tradición inmaterial. Para los estudiosos de nuestra tradición, Culla, Benassal, Catí y Ares han sido desde siempre referentes en cuanto a la originalidad, pureza y calidad de sus manifestaciones artísticas en este ámbito, y así lo reflejan importantes estudios.

En primer lugar, sería necesario destacar la existencia de bailes públicos, circulares y con música de viento, que sobreviven en estas villas, siguiendo una tradición que se puede rastrear hasta la edad media como en el caso documentado de Benassal.

Hablamos del Ball Pla, también conocido como ball rodat en otros lares o ball de plaça. Con elementos comunes en los cuatro bailes, constan de distintas danzas que se fueron añadiendo con el paso de los años y el transcurrir de las modas, pudiéndose rastrear una primera parte con paso de paseo, la más antigua, y que en el caso de Catí destaca por su arcaísmo, detrás de la cual aparecen mayoritariamente boleros, jotas y otras danzas de diverso origen, culminando el baile con una parte más rápida y animada, que pone a prueba la resistencia de los bailadores. Estos bailes de pareja solían contar con la música de la dulzaina y el tamboril, siendo los juglares de Benassal quienes tocaban en las fiestas de su propio pueblo, Culla y Ares. Posteriormente fueron progresivamente sustituidos por las bandas de música, las cuales empezaron a surgir como tales a finales del siglo XIX (de Catí aparecen noticias claras en 1891 y la banda de Benassal se funda el 1892, constando en ambos lugares referencias puntuales anteriores) y que terminaron por canalizar las inquietudes musicales de unos pueblos donde la afición y calidad sobresale dentro de todo el norte valenciano.

Al menos una mención merecen las danzas de procesión, que aunque desaparecidas a principios del pasado siglo han sido recuperadas en el caso de Culla, haciéndose la danza de los negrets o arquitos en la procesión de San Cristóbal. Benassal y Catí contaron con célebres dansants y queda pendiente una próxima recuperación, dada la numerosa documentación al respecto.

Finalmente es necesario poner especial énfasis en la música tradicional de cuerda, que ha convertido algunos de nuestros pueblos en una auténtica reserva de costumbres musicales extintas en el resto de país. Aunque en la tradición comarcal se pueden rastrear referencias de estilos musicales de más antigüedad, como las folies en masías de Ares, aquello que ha llegado vivo hasta nosotros son las seguidillas (sobre todo en Culla), el fandango y la jota, siendo esta última danza y música la más común y la que disfruta de mejor salud.

La jota ha tenido por ámbito natural las rondas de quintos (especialmente presentes a Benassal, donde se canta a las mozas por la noche y hasta la madrugada), y los bureos o saraos de las masías (los confines entre los términos de Catí y Ares fueron focos de un especial nivel artístico).

También, con cuerda o con viento, había albades nocturnas por las masías y dentro de las villas, donde se cantaba a las casaderas, y que gracias a ser claramente recordadas por los más mayores tal vez puedan ser de nuevo escuchadas en un futuro próximo.

 

Folclore Alt Maestrat



Hablar del folclore de este rincón montañoso del Alt Maestrat no es fácil de resumir en este modesto espacio, puesto que la riqueza musical y coreográfica de nuestros cuatro pueblos hace de estas tierras altas de la comarca uno de los máximos exponentes de su tradición inmaterial.